Comer en Bilbao en los mejores Restaurantes

Muy cerca de la salida de metro de Abando, en la céntrica calle Lutxana de Bilbao, se encuentra un restaurante a caballo entre el mundo de la cultura y la gastronomía.

La Taberna de Los Mundos conjuga la comida original y con ligeros toques exóticos y asequible con exposiciones fotográficas, proyecciones de cine y presentaciones de libros.

Los dos locales de Bilbao que, junto con el tercero de Vitoria, lucen este sello son de sobra conocidos por todos en ambas capitales vascas.

Son un lugar ideal para tomar pintxos, disfrutar de originales bocadillos y de un menú del día de calidad, variado y muy asequible.

No te olvides nunca de hacer reserva si quieres asegurarte la mesa o, posiblemente tendrás que esperar, porque su amplio comedor siempre suele estar hasta los topes.

Yo me pasé el otro día cámara en mano para haceros unas cuantas fotos. Como no hice reserva (consejos vendo y para mí no tengo), me tocó esperar unos quince minutos, tiempo que dediqué a tomar un vino y a babear con los bocadillos que se sirven para comer en la barra.

Una vez en comedor, revisé el menú del día. Por 11,70 euros puedes elegir entre cuatro platos de primero y otros tantos de segundo y postre. La carta se organiza bajo epígrafes invariables, a saber: ‘La ensalada’, ‘El plato con verduras’, ‘El plato de cuchara’, ‘El pescado’…

De primero, descartamos la crema de verduras con picatostes y los espaguetis boloñesa por aburridos y nos lanzamos a la piscina con modernidades. Elegimos ensalada de queso de cabra con endivias, fresas y vinagreta de aceituna.

De la ensalada habría esperado más, a pesar de su colorido se hizo algo triste y la vinagreta de aceituna se redujo a vinagre con aceitunas.

También pedimos crep relleno de pulpo y lacón con salsa de pimientos confitados.
Este plato lo presentaban bajo el epígrafe ‘Plato con verdura’, aunque más allá de los pimientos no llevaba verdura, he de decir que estaba realmente delicioso.
La salsa de pimientos estaba logradísima. El crep iba relleno de pulpo y lacón cocido con una bechamel ligera. El conjunto fue sensacional.

De segundo, pasamos del bacalao y el entrecot y pedimos fajitas de lomo de cerdo a la cerveza con salsa de pimienta y huevos revueltos con pavo, pollo y maíz aliñados con salsa kebab y aros de cebolla orly.

Las fajitas de pollo no fueron del todo lo esperado por dos motivos. En primer lugar, no tenían torta de maíz por ningún sitio, que es lo que una espera al pedir fajitas.

Por otro, a pesar de que la salsa estaba muy bien de sabor, mi paladar cuasi privilegiado (y lo dice alguien que es perfectamente capaz de notar sabor a manzana en una cata de panes) yo no fui capaz de encontrar regusto a cerveza alguno. En conjunto, me pareció un plato sabroso, pero quizá un poco desacertado en cuanto al nombre.

Los huevos revueltos no estaban mal, aunque esos aros de cebolla rebozados me recuerdan más a un Burger King que a la ‘Noveau cuisine’.

Los postres sí que se llevaron la palma. Entre otras opciones pedimos flan casero de galleta María y tarta de manzana. El flan estaba delicioso, casi tan bueno como el de mi abuela.

La tarta de manzana se había terminado ya, pero me ofrecieron una de ciruela que no tenía nada que envidiar a las de manzana. La nata, qué pena, era de bote.

Nos cobraron el menú. Como comimos con agua, ni un céntimo más de lo acordado. Aún así os diré que si os gusta comer con vino, por el mismo precio ofrecen el vino de la casa. Por un incremento de 3,70 euros, podéis pedir lambrusco, un rioja crianza y algun otro vino más.

El local está siempre limpio y a rebosar. Se puede comer a un precio es de lo más asequible y la comida no decepciona. Les otorgo cuatro cocineros por la buena relación calidad precio y lo original de sus platos.