Comer en Bilbao en los mejores Restaurantes

Si un día te levantas de la cama con una vena Neo Yorkina y te apetece darte una vuelta por la Gran Manzana, pero tu presupuesto no te da para tanto, no desesperes.

Conozco un local en que se te aplacarán las ganas de cruzar el charco por un rato. El sitio en cuestión se llama Hot Dog´s House y está en Alameda San Mamés, a unos cinco minutos de paseo de la salida de metro Indautxu, perfecto para comer en Bilbao.

Lo descubrí porque algunos compañeros de trabajo solían ir a menudo. Desde entonces, voy de vez en cuando.

Según ellos mismos se describen en su perfil en Facebook, Hot dog´s House es un restaurante “especializado en la elaboración de hot dogs y hamburguesas de calidad”.

Es un local pequeño con un comedor en el que caben sólo cinco mesas.

Es de esos lugares con encanto que, la primera vez que se pisa, parece un novedoso descubrimiento, pero que si uno habla de él en público, se da cuenta de que todo el mundo lo conoce.

Por eso, si vas en fin de semana es recomendable hacer una reserva, porque se pone hasta los topes. Si no te importa cenar en la barra, hacen el 10% de descuento a los grupos de más de cinco personas que se animen.

La carta se compone de ensaladas, perritos calientes, hamburguesas, platos combinados y picoteo. La calidad de sus ingredientes es excelente, sobre todo la de sus salchichas. La mayoría de las variedades que tienen las compran en una de las charcuterías con más solera de la villa, la charcutería Alemana La Moderna, regentada por los descendientes de Herman Thate, auténticos maestros en la tarea de elaborarlas.

En una primera visita al restaurante es imprescindible pedir un perrito caliente, la especialidad de la casa. Todos vienen con tomate y lechuga, y después se puede añadir los ingredientes que el cliente prefiera: queso, beicon, pepinillos, pimiento y cebolla pochada y deshidratada. Mi favorito es el de salchicha picante con beicon, pepinillo y cebolla deshidratada. Queda crujientemente delicioso.

Las hamburguesas tampoco están nada mal, con carne, igual que las salchichas, de  gran calidad. Como en el caso de los perritos, todas las hamburguesas vienen con tomate y lechuga y después se le pueden añadir otros ingredientes. Esta en concreto es de frikadelle, elabodada con carne de cerdo en lugar de vacuno. Lleva huevo y beicon. Nada de verdura, para aquellos que no quieran comida de conejo.

Tampoco se puede abandonar la Casa del perrito sin probar las alitas de pollo barbacoa de su carta de picoteo. A mí me parecen deliciosas, y de momento no conozco a nadie a quien no le gusten. Sus croquetas, por cierto, también causan furor entre los clientes.

El pequeño local está decorado con carteles estilo vintage de Coca-Cola y muchos detalles y curiosidades sobre los perritos calientes. Sin embargo, lo mejor es el carrito de perritos calientes americanísimo que tienen. Es auténtico. Justo sobre él descansan más de 15 tipos de salsa diferentes para acompañar la comida. Tienen mostaza, ketchup, salsa barbacoa y muchas más.

Desde una mesa, vemos la barra y la puerta de la cocina, que, aunque normalmente está cerrada, merece la pena fijarse por si se ve salir al cocinero, que suele lucir un gorrito muy simpático.

Es un buen local para tomar comida rápida de calidad. Es servicio siempre es excelente y el precio muy ajustado. No sale a más de 15 euros por persona. Por eso les voy a dar cuatro cocineros.

Sólo le encuentro dos pegas. Primero, que no sirven Coca-Cola, sólo Pepsi. Yo soy de Coca-Cola al 120 %, de hecho la Pepsi me sabe a Fairy. Supongo que lo amantes de la Pepsi están de enhorabuena. La segunda pega es no tienen carta de postres caseros. A mí, personalmente, después de esos perritos calientes me apetece un buen pastel de chocolate.