Comer en Bilbao en los mejores Restaurantes

El Txoko Piperrak, uno de los más famosos de Bilbao, es el lugar indicado para pasarlo teta en esas celebraciones relajadas de cuadrillas, despedidas y empresas.

Allí podrás reunir a la clase de la universidad o a una empresa de tamaño medio sin esfuerzo. El ambiente festivo es su seña de identidad y la comida no disgusta a nadie.

Si quieres pasarlo en grande sin salir del centro de Bilbao y sin preocuparte de que los de la mesa de al lado te miren mal, Txoko Piperrak es tu lugar.

Ofrecen distintos menús de comida tradicional a precios aceptables que van desde los 25 alos 32 euros. Además, tienen también tres menús especiales de 37,5 euros para los paladares más sibaritas. En cualquier caso, como buen txoko, si no te gusta la comida simpre puedes llevarla tú y preparla allí mismo en su cocina.

El local es muy animado e invita a relajarse y pasarlo bien. Las sillas y las columnas son de colores vivos que revitalizan al más soso, y sin darse cuenta, hasta Rodríguez de Recursos (in)Humanos acabará con la corbata en la cabeza y brindando con la nueva becaria.

Precisamente de cena de empresa fui yo a Piperrak el sábado pasado. Después de hacer la reserva lo comenté en Twitter y menos de medio segundo tenía 25 mensajes de amigos asegurando que Piperrak es el mejor “lugar para pasarlo bien y hartarse de comer”. Nosotros contratamos un menú de 26,5 euros de lo más apetecible.

Consistía en ensalada mixta, magret de pato, pastel de setas y gambas, croquetas variadas y bacalao al club ranero y costilla asada. También incluía los postres, cafés y una botella de vino por cada dos personas.

La ensalada la sirvieron en una fuente abundante para compartir entre todos. Estaba buena, pero no tenía nada excepcional.

Después nos trajeron el magret de pato por raciones para compartir y eso sí que nos gustó mucho a todos. Venía con unos cuantos colines para acompañar.

El pastel de gambas y setas sí que nos encantó a todos.  Venía con unas tostadita para untar, pero nos lo comimos con el pan del menú que estaba riquísimo.

Las croquetas, caseras, también estaban ricas. Había de espinacas, bacalao y  hongos. Las de espinacas estaban logradísimas.

Como primer plato fuerte, el bacalao club ranero me encantó. Me parece que las verduritas que lleva, sobre todo el calabacín, maridan a la perfección con este pescado. Aunque no es de mi favoritos, lo aprecio de cuando en cuando si está bien preparado. Este fue el caso.

La costilla asada también gustó mucho. Yo ya empezaba a sentirme bastante llena, pero aún así no le hice ascos. Cuando terminamos la primera fuente nos preguntaron si podíamos con otra. Mis compañeros, como buenos txabales vascos, sanotes ellos, se la comieron sin inmutarse.

Entre los postres variados trinfaron estos que os traigo.

Los profiteroles, que entraron genial:

La tarta de chocolate, que estaba muy buena:

Y yo, que no podía más, me pedí un sorbete de limón para bajar la comida.

Aquí podéis ver la nota. Nos cobraron los menús y ni un céntimo más. Curioso, porque una de mis compañeras se pidió una Coca-Cola para hacerse un kalimotxo. No nos la cobraron.

Os recomiendo mucho este lugar. Los camereros se contagian del buen humor de los comensales  y son muy agradables, lo que se aprecía mucho. Cuando sales a cenar con amigos de buen rollo, un camarero borde te puede amargar la noche.

Por otro lado, el sábado nos tocó una mesa que celebraba una despedida de soltera mixta. Eran unos veinte. Y gritaban, brindaban y cantaban. Al final, incluso villancicos. Nos sacaron la sonrisa más de una vez, pero he de decir que decidimos no tomar la primera copa en el Txoko Piperrak porque estabamos afónicos de hablar a gritos en nuestra mesas para oírnos. Aún así, nos divertimos.

Os recomiendo el local y os aviso, llevad pantalones anchos o un cinturón con más agujeros: os harán falta.